Givenchy Primavera Verano 2026

Givenchy Primavera-Verano 2026: «Sarah Burton da forma a una nueva era de poder femenino». Historia de Kate Granger. Foto cortesía de Givenchy.

Hay momentos en la moda en los que la silueta se convierte en el mensaje. Para Sarah Burton, ahora en su segunda temporada en Givenchy, ese mensaje empieza a cristalizar. Su colección Primavera-Verano 2026 no solo continuó la conversación que inició la temporada pasada, sino que la afinó, la suavizó y le dio una voz inconfundible. No se trató de una evolución silenciosa, sino de una firme afirmación de identidad: la mujer de Givenchy, según Burton, es intensamente femenina, esculturalmente sensual y con total control.

Tras un debut que causó sensación en el mundo de la moda, el segundo desfile de Burton atrajo a un público entusiasta, muchos de los cuales ya lucían sus "últimos trofeos". Un ejemplo: un chaquetón de satén duquesa amarillo pálido, ceñido con un ancho y expresivo cinturón negro, que lució más de una seguidora de la primera fila. No fue solo un éxito, sino una señal. El Givenchy de Burton ya es ponible, coleccionable y, crucialmente, clicable.

La silueta habla

En el centro de esta colección se encontraba una reinterpretación del estilo de vestir con poder. Atrás quedaron las estructuras rígidas de la sastrería masculina tradicional; en su lugar, Burton introdujo un volumen más suave. Chaquetas que antes se sostenían por sí solas —monumentos arquitectónicos del cuerpo— ahora se desplomaban con gracia, liberadas de su interior de lona. Se movían como cárdigans, ondeaban como camisas y transmitían esa naturalidad que susurra en lugar de gritar.

Un vestido abrigo de otoño-invierno fue revisado y deshilachado: las solapas perfectas se desprendían del hombro como pétalos, dejando al descubierto los delicados tirantes del sujetador. Fue un discreto acto de rebeldía contra la formalidad, reinterpretando la estructura como algo seductor. De igual manera, las chaquetas de cuero perfectas se inclinaron hacia adelante, con cuellos pronunciados para enmarcar collares llamativos, mientras que los bajos se arqueaban hacia arriba para revelar minivestidos de encaje vaporoso. Las faldas caían deliberadamente bajas sobre las caderas, justo por debajo del ombligo: menos tiro bajo, más un rollo de seda envuelto y atrapado en pleno movimiento.

Arquetipos femeninos recuperados

La narrativa era inconfundible. A Burton no le interesaba encubrir a las mujeres con tropos masculinos. Esto se tradujo en bodies que se ajustaban con seguridad, vestidos de malla fruncida y transparentes como susurros de seducción, y mules finísimos que repiqueteaban sobre el mármol. runway con precisión de navaja.

Un abrigo blanco y negro hasta la rodilla lucía el rostro tenue, casi fantasmal, de Marilyn Monroe: menos un ícono del pop que una eterna pregunta sobre el poder, la actuación y la belleza. Parecía un guiño, una provocación y una reivindicación, todo a la vez.

Consejos de alta costura e ilusiones de gasa

Burton también ofreció un vistazo a su mente de alta costura. Un abrigo azul piscina con hombros descubiertos deslumbraba con un bordado preciso y un fleco ombré que parecía a punto de disolverse en el aire. Otra prenda espectacular —lo que parecía un vestido blanco de sábana, agarrado al pecho en un momento de vulnerabilidad estilizada— estaba, de hecho, elaboradamente confeccionado y bordado, otra ilusión resquebrajada.

Y luego, la joya de la corona: un top color melocotón combinado con una falda de vuelo que parecía emplumada, pero que, en realidad, estaba hecha de gasa cuidadosamente deshilachada. No era exactamente un truco, ni una mentira, simplemente la alquimia que define la alta costura en su forma más inteligente.

El comienzo de un nuevo legado

El Givenchy de Sarah Burton ya no es un concepto. Ni siquiera un experimento. Con la colección Primavera-Verano 2026, se convirtió en una realidad viva y palpitante, tanto entre el público como en la pasarela. Por los vítores que resonaron en el espacio al saludarla, queda claro: los clientes no solo observan esta transformación. Ya la están absorbiendo.

Burton no solo diseña para mujeres. Las escucha, las estudia y luego les ofrece un vestuario que se siente a partes iguales como armadura y arte. Esta temporada, ese vestuario llegó cargado de poder, pero no del tipo que les roban a los hombres. Era una fuerza femenina completamente suya.

Ver todos los looks de Givenchy Primavera Verano 2026



Publicado desde París, Quartier des Invalides, Francia.