Sportmax Primavera Verano 2026

Sportmax Primavera Verano 2026 “Una colección con mucho estilo”. Historia de RUNWAY REVISTA. Foto cortesía de Sportmax.

En los cavernosos salones de Frigoriferi Milanesi, Sportmax presentó una colección Primavera-Verano 2026 que logró equilibrar lo etéreo con lo pragmático. Fue una propuesta de ensueño, pero con los pies bien puestos en la tierra: libre de excesos para destacar la belleza imperecedera, el diseño funcional y una sensualidad mesurada.

Aproximadamente a dos tercios del desfile, la fantasía se topó con la realidad en forma de un pequeño percance con el hardware: una de las campanas de oro rosa de la colección, que colgaban de collares, pendientes, correas de bolsos y pulseras, se deslizó de su modelo y aterrizó directamente a los pies de Isabelle Kountoure, directora de estilo de Cómo gastarloLa baratija fue devuelta más tarde tras bambalinas, un punto final apropiado para una presentación que, campanas aparte, fue un anuncio eficaz de por qué uno podría, de hecho, gastarlo en Sportmax.

La ropa en sí se basaba en elementos familiares, realzados mediante cortes, capas y confección innovadores. El abrigo cruzado sin mangas, práctico con bolsillos laterales, lucía un cuello de doble capa, al igual que el chaqué color crema que le seguía. Las gabardinas se presentaron en diversas versiones, largas y cortas, con solapas extragrandes que creaban la ilusión de mangas falsas. Fabricadas en cuero con gruesos herrajes plateados, se adentraban en el estilo motero sin renunciar en ningún momento a la elegancia. Destacaba el abrigo largo con paneles de ante azul celeste afeitado, con solapas tan anchas que parecían prometer otra prenda.

La sastrería era a la vez escultural e imponente: chaquetas con solapas de pico pronunciadas y exageradas, a menudo superpuestas a otras chaquetas o prendas exteriores de organza transparente. Estas últimas abundaban, quizás en exceso, sirviendo como un sutil contrapunto a las siluetas marcadas. Los vestidos, en sedas líquidas, rompían con lo predecible mediante aberturas irregulares, cortes asimétricos y sisas pronunciadas que redefinían la fluidez con un toque de distorsión.

También había pantalones, aunque menos convincentes. Unos vaqueros holgados y plisados ​​con una extraña espiral alrededor del tobillo izquierdo planteaban más interrogantes que atractivo. Un vestido recto estampado, combinado con una falda tubo de organza, lucía un motivo de helechos naranja y negro; la doble capa creaba un efecto cinético, casi cinematográfico, un recurso visual que Sportmax ya ha utilizado con éxito.

Los accesorios ampliaron la narrativa. Los bolsos de media luna, suavizados en ante y adornados con flecos y cuero con cortes florales, venían realzados con herrajes metálicos en forma de S. El calzado, afortunadamente, era práctico: kitMulas de diez tacones que permitieron a las modelos deslizarse en lugar de tropezar, un respiro refrescante en una semana de elecciones de zapatos extremadamente ambiciosas.

Al final, Sportmax presentó una colección que no intentó reinventar la rueda, sino pulirla hasta que brilló. Fue una reflexión sobre el detalle, una reconsideración de la proporción y, sí, un recordatorio contundente de que incluso el sueño mejor planeado tiene sus interrupciones.

Ver todos los looks Sportmax Primavera Verano 2026



Publicado desde Milán, Municipio 1, Italia.