Balenciaga de Pierpaolo Piccioli Primavera Verano 2026

Balenciaga by Pierpaolo Piccioli Primavera Verano 2026 «El latido del corazón». Historia de Eleonora de Gray, editora jefe de RUNWAY REVISTA. Foto cortesía: Balenciaga.

El renacimiento del ritmo de Cristóbal de Pierpaolo Piccioli

Es raro, casi mitológico, que una casa no sólo muestre una colección, sino vuelve a la vida.

Hoy, Balenciaga hizo precisamente eso.

La primavera-verano de 2026 marcó el esperado debut de Pierpaolo Piccioli al frente de Balenciaga Alta Costura. Esta fue una regreso — al legado de Cristóbal Balenciaga, el arquitecto de la alta costura moderna, cuyo latido se había debilitado en los últimos años, enterrado bajo el cinismo branding ejercicios en bolsas de basura.

Hoy volvió a tronar.

El latido del corazón es el ritmo que compartimos, el pulso que nos recuerda que somos humanos. Aun así, cada corazón late de forma diferente.
—Pierpaolo Piccioli

Con esas palabras, Pierpaolo enmarcó una colección que no era sólo una declaración sartorial sino una reconexión espiritual.
El pulso de la casa se siente en cada dobladillo, en cada costura, en cada detalle de plumas.

Un renacimiento de la alta costura contemporánea

Piccioli trajo consigo lo que mejor sabe hacer: Romanticismo sin nostalgia, artesanía sin pretensionesSus vestidos florecían con flores de seda, tan delicadas que parecían exhalar. La paleta de colores oscilaba entre la gracia y la audacia: verde celadón, violetas melancólicas, caléndula, negro tinta; tonos que no buscaban impactar, sino conmover.

Y luego, los sombreros.

Los tocados de plumas —vibrantes, esculturales, extravagantes— parecían al principio un guiño a los sombreros de alta costura de los años 1960. Pero al observarlos más de cerca, cada uno revelaba sutilmente una estructura de gorra de béisbol debajo. No era irónico. No era una provocación. Era un golpe maestro — un detalle que unía la fantasía con la realidad y la elegancia con el movimiento.

Sólo Pierpaolo Piccioli Podría haber imaginado esto. No es una cita del pasado, no choca con el presente, sino una creación perfecta de su propio vocabulario.

El público y la ausencia

Primera fila: Anne Hathaway, luminoso. Isabelle HuppertUn ejemplo de elegancia cinematográfica, enfundado en un traje verde ópera. Y —con una apariencia discretamente política— Meghan Markle, duquesa de Sussex, sin preocuparse por el protocolo.

Pero la presencia más penetrante no estaba sentada. Estaba en los ojos de Giancarlo Giammetti, socio de muchos años de Valentino Garavani, sentados en silencio. Porque este espectáculo también era un réquiem: por la casa que una vez acunó el genio de Piccioli, solo para Deséchalo por unas zapatillas Valentino x Vans que se derriten en algún lugar de un baño público y un gato Karl Lagerfeld usado en exceso..

No importa cuán fuerte François-Henri Pinault Tal vez quisiera reescribir la herencia de la moda, pero la verdad hoy es esta: el legado de Valentino ha desaparecido.
Balenciaga ahora empezó a respirar.

De Chou Noir a la actualidad

La colección no trató los archivos como reliquias sagradas ni como modelos nostálgicos. En cambio, se convirtieron en una base, una plataforma sobre la que Pierpaolo Piccioli Podría construir algo completamente suyo. El legendario Chou Noir, Vestido tipo sobreLas mangas voluminosas no fueron reinventadas como homenajes teatrales. Fueron... transformado en la alta costura moderna.

Con precisión y gracia, Pierpaolo prestó su propio latido A estas siluetas, no para resucitar el pasado, sino para hacerlo presenteCada corte llevaba su mano. Cada floreo llevaba su visión. El resultado no fue un regreso a la forma, sino un evolución de la forma —vivo, actual e inconfundiblemente suyo.

Un nuevo ritmo comienza

Con “El latido del corazón”, Pierpaolo Piccioli no solo debutó en Balenciaga. Reclamó el derecho de la Alta Costura a... sentir, a un movimiento, a un vivir.

Fue un pulso y, finalmente, Vuelve a latir.

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Publicado desde París, distrito 4, Francia.