Crucero Dior 2023 Plaza de España Sevilla. Historia de Eleonora de Gray, editora jefe de RUNWAY REVISTA.
“Considero a Cruise una colección verdaderamente única, un proyecto hecho por la convergencia de diferentes culturas y personas y una oportunidad para conocer e intercambiar. Es un trabajo comunitario que involucra a personas y artesanos dando forma a formas de colaboración inéditas caracterizadas por una reflexión sobre las inspiraciones que provienen de los territorios que las originan.” Maria Grazia Chiuri
Esta noche en la Plaza de España de Sevilla Dior mostró un espectáculo espectacular. La espectacular Plaza de España de Sevilla elegida para presentar Dior Cruise 2023 colección de hoy. Los vínculos entre Dior y Andalucía se crearon en los años cincuenta.
Esta colección de Dior es un espectáculo único e irrepetible, que presenta la excelencia de la artesanía y la cultura andaluzas a través de la creatividad de los artistas y artesanos locales.
El emblema de Dior Crucero 2023 Se encuentra la legendaria bailaora de flamenco Carmen Amaya, conocida como La Capitana. Ella es el símbolo de esta colección y nos devuelve a la realidad del flamenco con su interpretación fuera de cánones. Un artista revolucionario de gestas extraordinarias, que a través del gesto de la danza combina fuerza y fragilidad. Es capaz de representar el alma de España e interpretar una idea femenina consciente que es el feminismo.
Esta imagen fue impresa en Estados Unidos de América-Copyright 1944, Universal Pitture Co.Inc.
La fuerza femenina representada por Carmen Amaya cobra vida en las obras de María Ángeles Vila Tortosa en composiciones realizadas con elementos típicos del folclore español. Las palabras Embrujo, Fuerza, Empoderamiento, Fuego, Cuerpo jalonan las obras sobre papel realizadas con grabado, técnica milenaria que este artista actualiza haciéndola militante.
crucero dior 2023 La colección es un viaje de descubrimiento y reflexión. Los lugares elegidos ofrecen un espectacular telón de fondo para un desfile de prendas que se unen formando un runway, haciéndose eco de la historia de la casa y su deseo de buscar colaboraciones originales inspiradas en sus territorios nativos.
El icono de esta colección es la Capitana, nombre que recibe Carmen Amaya. Con su libertad para bailar que no se sometía a ninguna regla, representó la esencia del flamenco. Artista con movimientos singulares y revolucionarios, fue la primera bailarina en su campo en vestir ropa de hombre, combinando poder y fragilidad a través de su arte. Expresando el alma de España, sigue encarnando una feminidad consciente y plural.
Desde el vestido Bal à Séville de Alta Costura de primavera-verano de 1956, diseñado por Christian Dior, hasta la Plaza de España, construida para la Exposición Iberoamericana de 1929 para abrazar la riqueza de las culturas que han dado forma a España y representar sus multitudes, real y los lugares metafóricos suprimen las fronteras al repensar los códigos de vestimenta que inspiran la moda. En este ambiente intenso, plasmado en los claroscuros de algunos cuadros de Goya ya través de las palabras de Federico García Lorca, nació un proceso creativo que fusiona fascinación, homenaje, interpretación y restitución.
Entre otras referencias, los looks evocan a la duquesa de Alba, personaje mítico que montaba a caballo con Jackie Kennedy con chaqueta corta, pantalón de tiro alto y sombrero de ala ancha en ángulo. Pero también, rojas, negras y mantillas. En otros lugares, la profusión de bordados que adornan los vestidos de la venerada Madonna Della Macarena asume el papel de un ritual sagrado en una coreografía que suspende el cuerpo en una imagen icónica.
El emblemático mantón de Manila vuelve a contar las historias y los viajes de las comunidades que lo crearon y lo usaron. La historia de estos objetos nómadas se narra a múltiples voces: fíjense en los trajes masculinos de raya diplomática, los pantalones con tirantes, los chalecos forrados de seda; las camisas blancas; los pantalones de jinete andaluz; las chaquetas cortas adornadas con cierres Brandenburg; los boleros recortados que hacen aún más esbelta la silueta; las mangas que pueden ensancharse como una capa.
El tafetán reluciente, en rojo, amarillo, ocre y negro, se esculpe en exuberantes faldas que simbolizan tanto a Dior como a España. Volúmenes cuidadosamente considerados elevan los contrastes; el encaje aparece en múltiples formas; la barra, la chaqueta se reinventa en terciopelo negro bordado con varios hilos dorados.
Este evento crucero Dior es transformado por Maria Grazia Chiuri en un encuentro de emociones e intenciones, transmitiendo una idea de moda que es a la vez cotidiana y extraordinaria, donde las creaciones celebran la multiplicidad de las visiones de la feminidad.
Foto cortesía: Christian Dior