Louis Vuitton Primavera-Verano 2026

Louis Vuitton Primavera-Verano 2026 “Elogio de la intimidad”. Artículo de Kate Granger, editora de RUNWAY REVISTA. Foto cortesía: Louis Vuitton.

Presentada en el Louvre, en los aposentos privados de una reina, esta temporada es un manifiesto del estilo como libertad personal.

Para la Primavera-Verano 2026, Louis Vuitton invitó a sus invitados no a un espacio de exhibición, sino a un espacio vital: un umbral simbólico entre la apariencia pública y la esencia privada. La colección se presentó en el Museo del Louvre, específicamente en el Apartamentos de verano de Ana de AustriaReina de Francia y madre de Luis XIV. Pero no fue la historia lo que ocupó el centro del escenario, sino la intimidad.

Una celebración de la esfera privada

En lugar de dramatizar la grandeza, la colección se volvió introspectiva, elevando la vida doméstica al ámbito de la alta costura. El tema...La intimidad como arte de vivir—se desarrollaba en siluetas que hablaban en voz baja, en lugar de proclamar. No se trataba de moda como representación, sino de moda como revelación: vestirse no para el mundo, sino para uno mismo.

Hay un radicalismo discreto en subvertir los códigos del vestuario de interior: sedas de tocador, sastrería estilo bata, piezas que susurraban en lugar de pavonearse. Las prendas expresaban libertad sartorial, la liberación de las convenciones y una apreciación de la ropa como un lenguaje personal. Esta temporada, la runway No salió por la puerta, sino que dio un rodeo y regresó a casa.

Un manifiesto estilístico

Estructuradas pero suaves, las piezas jugaban con los arquetipos del género: no solo masculino vs. femenino, sino formal vs. personal, visible vs. oculto. Elementos de la ropa de estar por casa tradicional —chales de seda, pantuflas, batas— se reinventaron con precisión arquitectónica. Una bata se convirtió en una gabardina. Los cortes de pijama surgieron en jacquard. La transparencia no se utilizó para el atractivo, sino como una capa narrativa.

Esta fue una colección de confidencias, susurrado por la propia ropa. Transmitía el principio rector de la Maison: Dondequiera que uno viaja, lleva consigo su forma de ser.—una filosofía incrustada en cada hilo.

Un escenario preparado para la contemplación

La escenografía, comisariada por María Ana Derville, reforzó el concepto: el pasado como lienzo para la sensibilidad moderna. La muestra se desarrolló en un Apartamento contemporáneo Recopilatorio de múltiples épocas del gusto francés. Sillas del siglo XVIII de jorge jacob mezclado con asientos Art Decó por Michel Dufet, puntuado por Robert WilsonInstalaciones de vanguardia, Dalpayrat Cerámica y piezas del propio Derville. El efecto fue menos el de una exposición que el de una vivienda.

Como para subrayar la intimidad doméstica del momento, la banda sonora del programa, compuesta por tanguy destable-presentado Cate Blanchett Leyendo letras de This Must Be the Place de David Byrne. Una canción sobre encontrar consuelo en lo cotidiano, que la presencia hace extraordinario.

El último lujo

Al final, la colección Primavera-Verano 2026 se centra menos en la ropa y más en (permission)—Ser silencioso, ser audaz, ser indefinido. Louis Vuitton no solo viste al viajero. Define lo que significa viajar hacia el interior.

Esta temporada, la Casa nos recuerda que La intimidad es la última frontera de la elegancia.Y vestirse, en su forma más pura, es un acto de amor propio.

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Publicado desde París, distrito 4, Francia.