Thom Browne Alta Costura Otoño Invierno 2024-25 “Arte inacabado”. Historia de RUNWAY REVISTA. Foto cortesía: Thom Browne.
La muselina, un humilde tejido de algodón utilizado tradicionalmente en la creación de toiles de alta costura (modelos preliminares), ocupó un lugar central en Thom Browne Otoño Invierno 2024-25 colección. Conocido por su meticulosa atención al detalle, la exploración de Browne de este material simple puede parecer inicialmente poco característica. Sin embargo, esta colección reveló la belleza cruda del proceso de diseño, celebrando el arte inacabado y en progreso como una forma de máxima perfección.
La colección contó con 48 “trabajos en progreso”, cada pieza una revelación de una minuciosa artesanía. Desde una chaqueta adornada con puntadas hechas a mano entre capas de crin hasta un conjunto que requirió más de 11,000 horas de trabajo y la colaboración de 42 artesanos para lograr sus intrincados pedrería, Browne superó los límites del material y el método. Utilizó seis pesos diferentes de muselina, cada uno elegido por su idoneidad para diferentes técnicas de diseño: desde la muselina ligera utilizada para tiras deshilachadas tejidas en una textura de tweed hasta una variante más pesada estructurada en una sastrería deconstruida.
Un momento dramático se desarrolló a mitad del camino. runway: los modelos hicieron una pausa, posando o dando vueltas, sus rostros oscurecidos por “máscaras” de muestras bordadas, sus atuendos eran una extensión perfecta de las paredes de piedra caliza del Musée des Arts Décoratifs. Esta simbiosis visual continuó mientras los modelos mostraban peinados que recordaban a estatuas antiguas, desdibujando aún más las líneas entre lo animado y lo inanimado, lo terminado y lo inacabado.
La colección de Browne también resonó con un tema actual: los próximos Juegos Olímpicos, a través de prendas adornadas con bordados de atletas en lingotes de oro. Esta elección temática destacó otra capa de la colección: la yuxtaposición del esfuerzo atlético de élite con la precisión y dedicación de la artesanía de alta costura. Una chaqueta con forma de reloj de arena y un vestido corpiño ilustraban vívidamente esta analogía; el primero mostraba el sistema muscular con cuentas de color rojo sangre, mientras que el segundo presentaba muselina plisada y metida.
El espectáculo culminó con un trío de chaquetas totalmente bordadas en bronce, plata y oro, un guiño a las medallas olímpicas y una celebración del triunfo artesanal.
La última colección de alta costura de Thom Browne no sólo mostró su inquebrantable compromiso con la artesanía sino que también planteó una pregunta evocadora sobre la relevancia del toque humano en la era de la tecnología. Fue un poderoso recordatorio de la belleza inherente al arte artesanal, una lección esencial a medida que avanzamos hacia la era de la IA.