Giorgio Armani Primavera Verano 2026 “Una despedida en la belleza”. Historia de Eleonora de Gray, editora jefe de RUNWAY REVISTA. Foto cortesía: Giorgio Armani.
Milán, 29 de septiembre de 2025. El Palazzo Brera se convirtió en el escenario de uno de los momentos más conmovedores de la historia de la moda: el desfile de Giorgio Armani Mujer Primavera/Verano 2026. Con las meditativas composiciones para piano de Ludovico Einaudi, la velada tuvo un significado que trascendió su función de clausura de la Semana de la Moda de Milán. Marcó una despedida. Casi un mes después del fallecimiento de Giorgio Armani, se presentó la colección que él mismo había completado, el último testimonio de una visión que moldeó la elegancia moderna durante medio siglo.
El desfile fue a la vez un homenaje y una celebración. Este año se celebra el 50.º aniversario de la casa Armani, un aniversario ya inaugurado con Armani/Archivo y la emblemática exposición en la Pinacoteca di Brera, donde 133 creaciones de archivo dialogaron con obras maestras del arte italiano. Anoche, el diálogo entre el pasado y el presente se profundizó. Cada silueta, cada tela, parecía una carta en clave dejada por el diseñador: un archivo de emociones plasmado en tela.
Entre Milán y Pantelleria
La narrativa final de Armani abrazó dos geografías que definieron su vida y obra. Milán, la ciudad de la disciplina, el trabajo y la modernidad refinada. Y Pantelleria, la isla de piedra volcánica y vientos inquietos, donde Armani a menudo buscaba refugio en la belleza elemental. La colección entrelazó ambas: líneas alargadas que evocaban la sastrería urbana, suavizadas por tejidos que parecían flotar como la brisa marina sobre el horizonte mediterráneo.
Los colores cambiaban como paisajes al amanecer y al anochecer, desde neutros terrosos hasta profundos azules nocturnos, interrumpidos por destellos de tonos joya que atraían la mirada como el sol sobre el agua. Nada era rígido; todo era fluido, diseñado para ceder y fluir. Era la eterna paradoja de Armani: fuerza expresada a través de la ingravidez, una poderosa declaración a través de prendas que se sienten casi como el aire.



Una colección de memoria
En sus gestos, la colección parecía menos una prenda de vestir y más un lenguaje de despedida. Vestidos de una ligereza vaporosa parecían concebidos para desaparecer en la memoria, mientras que las chaquetas a medida reflejaban la disciplina de su taller milanés. La cadencia emocional de la velada se basó en contrastes: fluidez frente a estructura, memoria frente a futuro, un ciclo que se cierra para dar paso a otros nuevos.
Los modelos históricos de Armani regresan a la runwayEncarnando una vez más la visión de la diseñadora sobre la mujer: independiente, elegante, intocable y, al mismo tiempo, profundamente humana. Su presencia subrayó la seriedad del desfile: no solo desfilaron prendas, sino la historia misma.







Invitados y testigos
La primera fila reflejó la resonancia cultural global de Armani. Cate Blanchett, Glenn Close, Lauren Hutton, Richard Gere con Alejandra Silva, Samuel L. Jackson con LaTanya Richardson: todos ellos figuras que, como Armani, son iconos en sus respectivos campos. No fueron simples invitados, sino testigos de la última reverencia de un hombre que los vistió, moldeó su presencia y los dotó de la armadura de la elegancia.
















El cierre de un ciclo
En el silencio final, quedó claro que no se trataba de un simple desfile de moda. Era un réquiem para un diseñador que convirtió la ropa en una búsqueda existencial: la pureza como armonía entre la prenda y la persona, la elegancia como una postura moral más que como una tendencia. El legado de Giorgio Armani pertenece ahora al archivo de la memoria, pero respira en cada costura de esta última colección.
Su tacto, atemporal e ingrávido, permanece inolvidable.
Ver todos los looks Giorgio Armani Primavera Verano 2026






















































































